Us transcric un fragment de l'article "Exigidos por la caridad ¡y sin acallar la justicia", de José Ignacio Calleja, publicat a la revista Sal Terrae n. 1136, que em sembla que situa molt bé la necessària participació en la política per acabar amb la pobresa.
Compartir hoy en sociedades como la nuestra es socializar bienes de consumo y dinero con los más necesitados; y es, no menos, socializar con ellos y desde ellos reivindicaciones laborales, económicas, sanitarias, educativas y de vivienda, etc., y desarrollar redes sociales de cohesión, de autoestima, de formación y de economía social; y es que, la verdad, nadie va a regalarles nada fácilmente. Por eso hay que pensar en la economía social que, de modo cooperativo, forma y crea itinerarios y salidas laborales, particulares o asociadas, hoy. Por el lado de la educación y del bienestar social, va a haber muchas oportunidades de empleo, y es la hora de exigirlas. Por eso, compartir hoy, como ayer -me repito-, requiere solidaridad en el uso de los bienes y requiere política, influir en el poder social y político para conseguir un pacto social más justo en los presupuestos generales del Estado, en la fiscalidad y en el gasto público, en los servicios sociales, en la renta básica, en las ayudas de emergencia social, etc. Cualquier medida política puede hacer más por la solidaridad que todos los empeños de una ONG (o Iglesia) despolitizada y sin visión social. Pero esto nos lleva a pensar en concienciación social, movilización y, ¿por qué no?, actuaciones de desobediencia civil ante necesidades sociales irrenunciables.
Mercè
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